Después de la segunda guerra mundial en donde los "aliados" vencieron a la parcialidad nazi, los países vencedores (Inglaterra, Estados Unidos y Rusia) tomaron el control de Berlín. Cabe señalar que técnicamente México formó parte de la segunda guerra mundial la cual también ganó al defender la península de Baja California por encomienda del presidente americano que comandaba el ataque contra los países del eje "Berlín, Roma, Tokio".
Cabe señalar que desde tiempos antes del inicio de la segunda guerra mundial Estados Unidos y Rusia siempre han tenido formas distintas de ver la vida y las cosas, el primer país centrando siempre en la competencia económica en donde se beneficia el que tiene más capital, el segundo país respectivamente basándose en un método interpretativo de las cosas en la cual se prioriza la repartición equitativa de las cosas y los recursos y la sociedad en general por sobre el capital privado. En este contexto era de esperar que al tener estos dos países el control de la capital alemana no coincidieran en las formas en como se tenia que gobernar al país teutón, razón por lo cual decidieron a inicios de los años 60, levantar un muro que dividió la parte occidental bajo el mando de los americanos, la contraparte oriental estaría gobernada por los rusos y su perspectiva marxista de las cosas y las formas de gobierno. Para ese entonces los americanos sentían un hondo animo de competencia con los rusos, lo cual se vió reflejado en la satanización de cualquier elemento que representara el marxismo o sus corrientes alternas de gobierno, por su parte los rusos ejercían la competencia a su oposición occidental. En esa época eran tiempos de guerra fría, de la carrera espacial, de la KGB contra la CIA de agentes encubiertos de inteligencia y contrainteligencia, del teléfono rojo y de una sana competencia que detonó el avance de la humanidad en general. Finalmente la competencia sirve para mejorar en muchos casos.
En 1989 el muro cae unificando las dos Alemanias y estableciendo el orden, cabe señalar que a pesar que el país teutón estuvo ocupado por casi 4 décadas, los alemanes nunca perdieron ni perspectiva, ni mentalidad siendo actualmente potencia mundial y ejemplo para otros países en muchos aspectos de la vida.
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