Imagina que ves un artículo que, por fin, te refresca la memoria sobre una famosa serie de dibujos que te encantaba ver de pequeño. No recordabas su título, ni mucho de lo que pasaba, pero sí que los personajes eran conejos samuráis y que había una escena en la que el protagonista debía probar su valía partiendo en mil pedazos una zanahoria. ¡Por fin alguien da respuesta a eso que te habías preguntado por tanto tiempo!
El origen de este fenómeno data del 2010, y los agujeros en nuestra memoria colectiva que esta gente ha ido descubriendo te pueden dejar con la boca abierta.
Efecto Mandela es un término que acuñó la bloguera Fiona Broome hace ya algunos unos años. Como ella misma contaba, había mucha gente a su alrededor, incluida ella misma, que recordaba haber visto por televisión exactamente el momento en el que Nelson Mandela murió en la cárcel. El funeral en su honor y todo lo demás. En realidad, Mandela sobrevivió al presidio, alcanzó la presidencia de Sudráfrica poco después y disfrutó de una larga senectud hasta su fallecimiento, en 2013, a los 94 años.
Pero por más que expliquemos a los convencidos de que esto es así, de que su memoria podría haberles jugado una mala pasada, a muchos les cuesta asumirlo. Lo vieron "con sus propios ojos".
Los ejemplos del fenómeno pueblan las redes, especialmente desde agosto de 2015, momento en el que el término ha empezado a extenderse. En las comunidades anglosajonas hay especial controversia por una antigua serie infantil que todos veían y que, para su sorpresa, no se llamaba The Berenstein Bears, sino The Berenstain Bears, con "A". Miles de personas se indignan ante este cambio en su nomenclatura, y por mucho que rebuscan en sus cintas antiguas, no encuentran justificación a que todos ellos estén de acuerdo con que se escribía con "E".
¿Y tú? ¿Viste la retrasmisión de la plaza de Tiananmen? Sí, aquel hombre que se puso delante de los tanques como señal de paz. Pues según varios espectadores del hecho, el tanque acabó arrollando al hombre chino, pasando por encima de él y dejando incluso un charco de sangre. Para sorpresa de todos ellos, cualquier video en YouTube muestra como el tanque se detuvo ante el hombre durante un largo rato antes de que otros civiles se llevaran consigo al manifestante, intacto.
Otra cosa: ¿cuánta gente iba en el coche de Kennedy cuando le asesinaron? No, no eran cuatro personas, aunque lo recuerdes así. Eran seis.
Buscando el fallo en la penosa memoria humana
Las explicaciones más plausibles hasta el momento son una combinación de factores que rondan la misma idea: nuestra memoria es errónea y no funciona tan bien como nos gustaría. Algunas de esas explicaciones son:
Efecto de la desinformación: si no tienes un recuerdo profundo de un hecho concreto, alguien te cuenta lo que ocurrió en ese momento y eso que te dice es mentira, es posible que tu memoria fije como cierto ese hecho falso basado en lo que te ha contado otra persona.
El sesgo de confirmación: nuestra mente tiende a buscar, interpretar o recordar información de manera que confirme nuestras creencias o hipótesis. Cuanto más te atraiga el Efecto Mandela, más agujeros verás en el pasado que confirmen este efecto.
Criptomnesia: nuestro cerebro a veces puede colocar cosas que hemos imaginado en el lugar de la memoria. Así empiezan muchos Efectos Mandela, con alguien que imaginó cierta cosa y luego se lo comentó a los demás.
Falsa atribución a la memoria: aunque los hechos no cambian, pueden ser erróneos. Si desde siempre habías oído que al hombre de Tiananmen le arrollaba un tanque (aunque es falso), es normal que, cuando te digan que eso no fue así, "visualices" esa escena. Nuestras mentes no están predispuestas por naturaleza para aceptar nuevas interpretaciones de cosas que dábamos por seguras.
Falsa memoria: trastorno mental común entre los afectados por el estrés postraumático, a veces, si hemos vivido algún hecho traumático, nuestro cerebro adapta lo vivido a unos nuevos recuerdos más aceptables (esta sólo podría ser una respuesta circunstancial a algunos de los episodios del Efecto Mandela que afectan sólo a la memoria particular de una persona).
Disonancia cognitiva: como en la mala atribución de la memoria, si algo que te cuentan contradice tu interpretación de una dimensión de la realidad (como puede ser un recuerdo o tus creencias ideológicas más firmes) tu cerebro rechazará esa nueva interpretación y la información que la acompañe.
Confabulación: efecto que sufren algunas personas por el que producen de forma inconsciente recuerdos incorrectos sobre los detalles más triviales (esto se percibe en la mayoría de los Efectos de Mandela), aunque podría llegar a nuevos recuerdos más complejos. Por lo general, la gente que lo sufre son personas extremadamente confiadas en sus recuerdos y normalmente se resisten a cualquier evidencia contradictoria.
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ejemplos del efecto Mandela son infinitos.
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